El enero de este año, escribí una nota sobre el llamado que hizo Lopez Obrador al gobierno de Estados Unidos para que actuara con humanidad hacia la situación del periodista australiano Julián Assange. El presidente manifestó en su conferencia mañanera: “Consideramos que el gobierno de Estados Unidos debe actuar con humanismo. Sería una muestra de solidaridad, fraternidad, el permitirle que reciba asilo en el país que Assange resolviera vivir”. Después de que un juzgado en Inglaterra ordenara la extradición de Assange a los Estados Unidos, Lopez Obrador mandó una carta el 18 de julio a Joe Biden defendiendo una vez más a Assange. El 14 de septiembre la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, entregó las llaves de la capital al padre y al hermano de Julian Assange, quienes fueron invitados a Mexico a celebrar las fiestas patrias. Sheinbaum informó que las llaves de la ciudad le fueron entregadas de una manera simbólica y se le nombro huésped distinguido al famoso periodista y fundador de Wikileaks manifestando que “para nosotros eso es lo que representa Julian Asange, representa la verdad, representa la libertad de expresión y nunca en ningún lugar del mundo puede ser eso perseguido”.
El nombre de Assange se viene pronunciando en todo el mundo. Algunos lo ven como un caballero de la Edad Media en su cruzada en contra de los gobiernos corruptos publicando la verdad y buscando la transparencia principalmente en los Estados Unidos; otros lo ven simplemente como un loco que pone en riesgos la seguridad de los Estados Unidos. La postura del gobierno de los Estados Unidos ha sido que Julián Assange puso en riesgo la seguridad de los Estados Unidos cuando conspiró con otra persona para obtener la contraseña y hackear información altamente clasificada de las computadoras del gobierno norteamericano.
No fue sino hasta el 6 de marzo de 2018, que los fiscales federales presentaron un solo cargo federal que acusa a Assange de conspiración para robar una contraseña, poder entrar a una computadora del gobierno de los Estados Unidos y hackearla para publicar en WikiLeaks toda la información que se había obtenido ilegalmente. Para consultar el expediente de la acusación actualizado al 15 de septiembre de 2022: https://www.courtlistener.com/docket/14488287/united-states-v-assange/
En julio de 2017 de acuerdo con reportes de WikiLeaks, se informó cómo la PGR, usando prestanombres, contrató a una compañía mexicana de seguridad privada para dar servicios a la PGR (hoy Fiscalía General de la Republica) con un costo de 32 millones de dólares. WikiLeaks publica los correos de la compañía mexicana donde se jactaba: “vender a México el sistema de intercepción PEGASUS”. Posteriormente leíamos que supuestamente había una investigación en la Fiscalía General de la República del espionaje llevado a cabo por los Gobiernos de Felipe Calderón H., (2006 -2012) y de Enrique Peña Nieto (2012-2018) mediante el sistema de intercepción PEGASUS adquiridos por Tomás Zerón, quien en ese entonces era director de la Agencia de Investigación Criminal, hoy prófugo de la justicia en Israel y por Genaro García Luna, ex Secretario de Seguridad, ambos supuestamente involucrados en el uso del programa Pegasus contra periodistas y políticos opositores al régimen.
El vocero del gobierno federal, Jesús Ramírez, dijo que la lucha de Assange es por la libertad, como la que hoy se libra cotidianamente por el derecho a la información, no sólo frente a las noticias falsas y la manipulación informativa, sino por los algoritmos y las formas tecnológicas ocultando mensajes. Seguramente Zerón se está mordiendo la lengua por las declaraciones de Sheinbaum y de Ramirez.
Es verdaderamente ridículo que se diga que en Mexico existe el derecho a la información, cuando hoy con la excusa absurda de no publicar los datos personales se ha ocasionado un verdadero retroceso en la difusión de información pública, toda vez que hasta antes de la regulación el Poder Judicial Federal y Estatal solía publicar sin restricción alguna los nombres de las partes involucradas en los procesos. En diciembre de 2003, la Suprema Corte de Justicia de la Nación publicó el Acuerdo 13/2003 estableciendo que los expedientes penales y familiares deben de permanecer cerrados por un periodo de 36 años a partir de que se ordenó su archivo, prohibiendo se ventilen, dejando libre el camino al abuso del poder, a la inquisición, a la impunidad y a la corrupción. Es un asalto frontal a la democracia, una total indefensión contra la mafia del poder, el que los expedientes de los juzgados en México no estén abiertos al público. Terca como las mulas seguiré gritando a los cuatro vientos de que sería muy fácil, y de manera gratuita, dar el primer paso para combatir la corrupción y terminar con la impunidad si simplemente se abrieran los juzgados y el público pudiera tener acceso a leer de principio a fin cualquier expediente en cualquier juzgado teniendo de verdad derecho a la información.
Tal vez sí nos conviniera que Assange aceptara la invitación de venir a México y así nos pueda explicar con lujo de detalles cómo se lleva actualmente el espionaje cibernético en contra de los críticos del gobierno. Pero parece ser que Assange no quiere aceptar la invitación a México pues dice que a los periodistas en México los están ejecutando a diestra y siniestra. Además, tal vez tenga muy presente el tema de Ayotzinapa, que al inicio de la investigación en 2014. el alcalde de Iguala José Luis Abarca y a su esposa María de los Ángeles Pineda fueron acusados por Murillo Karam de ser los responsables de la desaparición de los 43 estudiantes y los metieron a la cárcel, después de 8 años tras las rejas, este 14 de septiembre el juez determinó que no existen suficientes pruebas en contra de Abarca y en su lugar meten a la cárcel al mismito Jesus Murillo Karam quien ahora es acusado de ser responsable por la tragedia en Ayotzinapa. Por lo que hoy leemos que Mexico quiere ayudar a Assange, pero quizá Assange piense que mañana Mexico lo meta al bote.
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